El frío del invierno afecta a todo nuestro organismo y especialmente a la piel, el mayor órgano de nuestro cuerpo y a su función protectora.
La piel se encuentra expuesta a las inclemencias climatológicas, siendo las zonas más sensibles a las bajas temperaturas las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos.
Por todo ello, es importante tener en cuenta una serie de consejos:
1.- Hidrátala a diario y varias veces al día la piel, especialmente si padeces algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis…). Las crema con base de lanolina o urea son buenas aliadas para ayudar a mantener una piel sana durante el invierno.
2.- No te laves excesivamente las manos. Si por tu profesión debes realizarte múltiples lavados diarios, puedes atenuar esa necesidad mediante el uso de guantes y de cremas con efecto barrera.
3.- No utilices productos agresivos para el lavado de cara y cuerpo. Escoge siempre productos suaves y testados dermatológicamente.
4.- Evita las duchas con agua muy caliente o muy fría. Lo ideal es el agua tibia y no ducharse más de una vez al día para evitar una mayor deshidratación de la piel.
5.- Hidrata los labios y protegerlos de la luz ultravioleta. Los labios sufren mucho en invierno, por lo que haz uso de protectores labiales de calidad.
6.- No olvides las gafas de sol y la protección solar diaria también en invierno, especialmente en zonas donde haya nieve, ya que ésta refleja el 80% de la radiación solar.
7.- Usa guantes y prendas de abrigo. Sobre todo si tienes sensibilidad al frío.
8.- Evita en lo medida de lo posible los cambios bruscos de temperatura, esto aumenta la posibilidad de aparición de capilares dilatados (arañas vasculares) en la cara.
9.- Cuida la alimentación. Aumenta el consumo de vitamina C y antioxidantes. No olvides beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
10.- Evita el tabaco y el alcohol, ya que repercuten de forma negativa en la salud de nuestra piel, generando radicales libres. Además, el alcohol empeora la dilatación capilar facial.